miércoles, 10 de julio de 2013

Tiempo

Llevo mucho tiempo sin escribir nada, pero es que ni tiempo ni cosas que decir han habido.

Cuando me embarqué en esta aventura fue por un trabajo que nos mandaron en la universidad y nunca imaginé que terminaría siendo una forma de poder expresarme.

Acabo de leer mi última entrada y me he dado cuenta de que mi vida consiste en caerme y volver a levantarme, aunque gracias a esto voy aprendiendo de esos duros golpes.

Mi vida ha cambiado mucho, tengo 13 kilos menos encima, tengo unos amigos increíbles, me estoy sacando el carnet y... los estudios se me han atragantado. Pero sigo siendo pelirroja eh¡¡¡

Tal vez uno de los cambios más fuertes ha sido mi salud, esa gran olvidada que creemos que nos acompañará siempre y que en invencible, y no, no lo es. Estoy pasando por tiempos duros, sobre todo porque siempre me siento débil y porque en el fondo tengo mucho miedo de lo que pueda esperar y lo que me espera.

Pero no quiero centrar este post en mi salud, vamos a olvidarnos de ella, porque eso es lo que yo intento cada día. Intento, aunque parezca mentira, centrarme en las cosas buenas y dejar a un lado algo que seguramente no sea nada.

Otra de las cosas que quería hablar era de las caídas, esas que nombré en el post anterior y que eran propias del camino de la vida. Últimamente me caigo mucho, demasiado diría yo, pero por muy herida que este, que lo estoy, siempre encuentro algo a lo que agarrarme y salir adelante. Hace tiempo le dediqué una entrada al amor de mi vida, mi perro Jeyko, y creo que más o menos se entiendo que lo quería demasiado, pero ahora y en este momento puedo decir que es la razón de mi existencia la razón por la que mi destruido corazón sigue latiendo cada día, latido a latido le quiero cada vez más y más.

No me interesa que nadie lo entienda y si no lo hacen me da exactamente igual, cuando se quiere, pero querer de verdad digo, da igual lo que los demás digan o piensen.

Tampoco me puedo olvidar de esas personas que ahora acompañan mi camino o de las que ya lo acompañaban. Siempre hay alguien dispuesto a sonreírte, a darte un abrazo, un beso o a decirte que todo saldrá bien. En este camino hay alguien que me acompaña desde que nací, desde que decidió mi nombre, desde que me vio, alguien que siempre me lleva de la mano, me reprende, me apoya y me guía, esa es mi hermana, Herenia, desde aquí decirte que eres mi segunda madre, y aunque quiera mucho, mucho, a mamá y a papá y este muy agradecida por todo lo que hacen por mi y por lo mucho que me quieren y me apoyan, nunca podré describir el sentimiento de amor que siento por ti, ya sabes que eres mi mitad y que sin ti no sería nada. Así que te quiero Petarda <3

Por eso el nombre de este post: Tiempo. En este tiempo de silencia han pasado muchas cosas, tanto malas como buenas, pero de lo que más me he dado cuenta es de que el amor crece con cada segundo del día y de que este puede ser el motor que impulse tu vida.

A modo de despedida me gustaría darles un consejo, si se me permite, con cada gesto que hagas, con cada acción del día a día demuéstrale a alguien que lo quieres, que estas ahí y que si te necesita serás el motor que impulse su vida.