lunes, 12 de marzo de 2012

Errores

No es por llorar, no es por gritar, no es por caer derrotado, no es por nada en realidad.
Todo el mundo cree que hace falta algo para sentirse mal, puede que tengan razón, puede, incluso, que estén más acertados de lo creen, pero a estas alturas, ¿qué más da?
No debemos tener un motivo por el cual estar mal, y si lo tenemos, no tenemos porque decirlo.
Muchas veces nos equivocamos, no cometemos errores porque queramos, no lo hacemos con intensión de hacer daño, simplemente los cometemos. Estos errores suelen afectar a la gente que queremos, pero se ha parado a pensar esa gente lo que nos duele a nosotros mismos eso errores. No solo sufrimos por cometerlos, sino porque sabemos que la gente que más queremos sufre también…
Errores, malditos errores, llegan sin avisar, no te tocan la puerta y dicen. ‘’Hola soy uno de los mayores errores de tu vida, ¿me dejas pasar?’’ Si fuera así, obviamente no pasaría incluso le cerrarías la puerta en la cara.
Pero la realidad no es así, a veces las cosas se nos van de las manos, vuelan solas, y no se dejan coger, ¡malditas!, ¡malditas! Al irse, te quedas desolado, ¿qué hacer ahora que ya no las controlas?, ¿las dejas volar?, ¿las intentas coger? No sabes que hacer, estas más que perdido.
Lo peor de estar perdido no es el simple hecho de estarlo, sino que antes de ese error, tenías a alguien que te guiara, que te decía, ven por aquí, sigue la luz…. Pero tras ese error no tienes a nadie que te llame, estas solo, y es por tu culpa. Llegados a esta altura un simple perdón no sirve de nada, el daño ya esta hecho.
Solo pienso en que si la otra persona se pusiera en el lugar del ``comete errores’’ entendería que ahora le necesita más que nunca, que necesita su abrazo, que necesita que todo vuelva a ser normal, como antes, y que lo menos que necesita es oír estoy así por tu gran error.
No podemos cambiar lo hecho, podemos cambiar lo que haremos, pero lo que nunca podremos cambiar es lo que somos…

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