jueves, 5 de septiembre de 2013

Cerrando capítulos

Hasta ahora nunca te había dedicado una entrada a ti, cierto es que has estado presente en cada una de ellas. Pero ahora ha llegado el momento de cerrar ciertos capítulos de mi vida, y creo que el primer paso es este.

Me acabo de quedar 10 minutos mirando la pantalla, es tan difícil expresar los sentimientos que llevan tanto tiempo guardados, está todo en mi cabeza pero no sé como sacarlos de ahí...

Me enseñaste lo que es querer sin miramientos, pero no lo que es quererme de la misma manera
Me enseñaste lo que es amar, pero no lo que es ser amada
Me enseñaste lo que es la felicidad, aunque a veces no fuera compartida
Me enseñaste lo que es el dolor, ese dolor que te hace imposible seguir viviendo
Me enseñaste lo que es la desilusión, tal vez de las peores maneras posibles
Me enseñaste el valor de la amistad, aunque nunca fueras mi amigo realmente
Me enseñaste lo que es el engaño, aunque siempre la engañada fuera yo
Me enseñaste lo que es la espera, aunque la que siempre esperara fuera yo
Me enseñaste lo que es la decepción, aunque fuera yo la decepcionada
Me enseñaste que la vida es dura y cruel
Me enseñaste que se puede estar tan dolido como para no volver nunca más
Me enseñaste lo que es sentir no poder seguir adelante
Me enseñaste a desconfiar del amor
Me enseñaste que es no querer moverse de una cama
Me enseñaste que con un roce, una caricia, una sonrisa, una mirada... el día puede cambiar
Me enseñaste que se podían hacer cosas inimaginables por amor, aunque siempre las hiciera yo

Podría seguir y seguir y seguir...

Me enseñaste tanto, hoy sé que soy quien soy en parte gracias a ti, muchas veces he dicho aquí que estoy hecha de los pedazos que dejaron, pedazos que se han unido y han creado un único ser, no es malo estar hecha de eso, es bueno, cada pedazo simboliza lo que aconteció en mi vida, mis errores y mis alegrías.

No te puedo echar toda la culpa a ti, quien se dejó morir por algo que no iba a ninguna parte fui yo y la que decidió coger el camino fácil, demasiado fácil, de la autodestrucción fui yo solita. Hoy no te escribo desde el dolor, la rabia, la depresión, el rencor... Hoy te escribo desde el perdón, pero el perdón mutuo, porque por fin, además de perdonarte a ti me he perdonado a mi por lo que hice, no hay excusas que me den la absolución pero si hay un porqué que me ayuda a entenderlo mejor.

No te voy a decir que si volvieras no caería en tus redes de nuevo, porque eso sería una gran mentira, y me cansé de las mentiras entre nosotros, pero sí te puedo decir que nunca funcionaría y que de eso solo sacaríamos más dolor y más cosas que enseñarnos, seguro...

Como se acabaron las mentiras voy a ser sincera, te quiero, pero no como te quería antes, te quiero porque formaste parte de mi vida, de mi aprendizaje como persona, porque me enseñaste tanto aunque doliera, y porque sé que como te quise a ti aún no he querido a nadie más. Por eso siempre vas a formar parte de mi vida de mi corazón y por eso siempre te querré.

No sé lo que depara el futuro, pero si nuestros caminos se tienen que juntar lo harán, solo espero que lo hagan de manera diferente y que todo lo que podamos aprender nos sirva para entender en que fallamos la primera vez....



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