miércoles, 11 de enero de 2012

Un día de lluvia...

Oyes como cae, la ves, pero no la sientes. . .
Quieres salir, tocarla, sentirla sobre tu piel, jugar con ella. . .
Pero cuando lo intentas te das cuenta de que estas atado, miras y ves una cadena que te impide salir.
No entiendes que es lo que pasa. Solo quieres salir y sentirte tan libre como esa lluvia. . . Caes al suelo rendido, sientes que no puedes luchar, esa cadena es más fuerte que tú.
Cada vez aprieta más. . .
Y es entonces cuando te das cuenta de que la llave de esa cadenas la tienes tú, que eres tú. . . La abres y sales corriendo hacía esa lluvia.
Por fin la sientes sobre ti, y es cuando por fin te sientes tan libre como ella y sabes que con el caer de esas gotas se irá todo tu pesar.
Por fin eres libre. . .

No hay comentarios:

Publicar un comentario